jueves, 1 de diciembre de 2011

16 AÑOS DE ACREDITACIÓN DE ALTA CALIDAD EN COLOMBIA.

La Acreditación de programas académicos y de instituciones ha sido uno de los productos más importantes de la Ley 30 de 1992. En efecto, dicha Ley creó el Sistema Nacional de Acreditación SNA del cual hacen parte las instituciones de educación superior IES,  las comunidades académicas y el Estado representado por el Consejo Nacional de Acreditación CNA y el Ministerio de Educación Nacional MEN.

El CNA, integrado por 7 consejeros, inició actividades formalmente en 1995. En sus inicios elaboró el primer modelo de acreditación orientado a programas académicos con tres importantes “momentos”: Autoevaluación, Evaluación externa realizada por pares académicos y evaluación síntesis por el CNA, seguidos por un acto formal por parte del MEN si el proceso es exitoso. Si no lo es el CNA informa privadamente a la institución acerca de las debilidades del programa.

Aunque la Ley 30 y el decreto 2904 de 1994 establecieron la acreditación de instituciones, el Acuerdo 06 del Consejo Nacional de Educación Superior CESU determinó iniciarla con programas académicos de pregrado. Las razones estuvieron relacionadas con la gran proliferación de programas creados por las IES sin contar con elementos esenciales de calidad y con la falta de un mecanismo apropiado para detener este inconveniente crecimiento.

La acreditación se definió como el reconocimiento que hace públicamente el Estado sobre la alta calidad del servicio educativo que prestan las IES en Colombia. Como elementos de la política de la acreditación se definieron las siguientes: es un proceso voluntario, apunta al reconocimiento público de la alta calidad de programas e instituciones, no es punitivo y por tanto es un mecanismo de fomento y no de inspección y vigilancia.

En el año 2000 el CNA creó el modelo de Acreditación Institucional con objetivos muy similares a la acreditación de programas. En este caso la acreditación contempla la autoevaluación institucional holísticamente considerada, la evaluación externa de pares académicos, la evaluación síntesis del CNA y un acto administrativo del MEN.

Los resultados de la Acreditación de la educación superior en Colombia pueden ser analizados, después de 16 años de haberse iniciado formalmente, a través de observaciones cualitativas de la calidad de programas e instituciones y mediante las cifras estadísticas del CNA. (www.cna.gov.co)  

La acreditación ha tenido efectos muy favorables en cuanto al fomento de la calidad de las funciones básicas de la Universidad: la docencia, la investigación y la proyección social.  Es evidente que las IES han encontrado debilidades que a su vez han originado Planes de Mejoramiento y la definición de políticas y estrategias para elevar el nivel de calidad de cada uno de los grandes temas de análisis o factores. Una de las debilidades que se encuentran con más frecuencia es la relativa a la investigación, pero también es la que mayor atención ha generado en las IES.

Debe tenerse en cuenta también la definición de políticas relativas a la vinculación de personal docente de altas credenciales académicas, las estrategias de capacitación y en general el mejoramiento de las relaciones universidad-profesor como consecuencia de la aplicación directa del proceso de acreditación.

La acreditación ha mejorado notablemente los vínculos de los egresados con sus instituciones ya que el Factor de Egresados e Impacto en el medio ha cobrado mucha importancia al interior de ellas y como consecuencia se han creado dependencias para fomentar dichas relaciones.

En la medida en que las instituciones y sus programas han venido incluyendo la Acreditación de alta calidad como la meta a la cual se debe llegar (el deber ser), su autonomía adquiere completa legitimidad.

Haciendo una mirada retrospectiva, hoy puede afirmarse sin exageraciones, que la historia de la educación superior en Colombia entra en una nueva etapa a partir de 1995 por  cuanto las instituciones han adquirido la cultura de la calidad, de su valor estratégico, de su obligación de rendir cuentas ante la sociedad y el estado; además se ha generado un ambiente adecuado para compartir experiencias entre las instituciones que ha resultado en la conformación de una comunidad académica nacional que comparte los grandes criterios y los procedimientos de la acreditación y considera que es el mecanismo más idóneo para el mejoramiento de la calidad de su trabajo.

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