miércoles, 18 de enero de 2012

EDUCACIÓN SUPERIOR: ES TIEMPO DE INNOVAR

En los tiempos actuales las exigencias de la globalización de la economía, de la cultura y de la información exigen competencias muy especiales a los profesionales que se forman en las universidades y otros centros de educación superior.
Comencemos por la Internacionalización. Este aspecto se está convirtiendo en uno de los temas más recurrentes en el mundo universitario iberoamericano. Generalmente significa la movilidad de profesores y estudiantes en convenios de intercambio con IES extranjeras. Pero el calificativo debe ir mucho más allá. La Internacionalización debe incluir la posibilidad de cursar y reconocer mutuamente créditos académicos, la doble titulación, la realización de proyectos de investigación conjuntos, los años sabáticos de profesores, la capacitación formal –maestrías y doctorados- de profesores jóvenes, la vinculación a las redes académicas y científicas y los intercambios culturales para mencionar solamente los más importantes.
Para lograr la verdadera Internacionalización de la educación superior las comunidades académicas y las directivas deben poseer dos competencias fundamentales: el bilingüismo, especialmente el dominio del inglés, y la capacidad de utilizar eficientemente las Tecnologías de la Información y la Comunicación TIC.  Con estas dos herramientas es posible hacer uso de la inmensa cantidad de información disponible en las redes virtuales, la comunicación con pares académicos se hace fluida y eficiente y la movilidad de profesores y estudiantes tiene excelentes resultados.
Lamentablemente la mayoría de las comunidades carecen del dominio del inglés, como lo señaló recientemente un informe de prensa, y el uso de las TIC en muchos casos es muy incipiente o se limita al uso del correo electrónico y la navegación por Internet. Es indispensable que las directivas de nuestras IES diseñen en principio programas masivos de capacitación de profesores y estudiantes y que estas dos competencias, al cabo de un tiempo razonable, se conviertan en exigencia institucional para todos los que pertenecen a ella. Por ejemplo, la segunda lengua debería ser un requisito para el ascenso en el escalafón docente, para obtener apoyo económico en la asistencia a eventos internacionales, requisito de grado para los estudiantes de pregrado, requisito de admisión para postgrados y requisito para acceder a posiciones de alta dirección en la institución.     
Otro tema que debe analizarse con detenimiento es el de la flexibilidad y la interdisciplinariedad del currículo. Si se revisan los planes de estudio de los programas académicos de pregrado se observa que, aunque las IES lo pregonen, la mayoría son rígidos, los estudiantes no tienen la capacidad de elegir cursos con la amplitud que se requiere, la integración con otras disciplinas es escasa y la esclavitud de los créditos académicos exigidos por los entes de control del MEN, no permiten que las IES puedan innovar en este sentido. Es importante que dentro de las posibles reformas de la Educación Superior que se están discutiendo, se otorgue mayor autonomía a las IES para que puedan decidir sobre sus planes de estudio o currícula.
La virtualidad o modalidad virtual en la educación va ganando más espacio a medida que avanza el desarrollo de las TIC y los docentes de avanzada, capacitados en esta modalidad pedagógica, las van incorporando en su diario quehacer. La posibilidad de cursar asignaturas en modalidad no presencial puede liberar más tiempo para que los estudiantes lo dediquen a tareas o trabajos que los motivan más que oír una conferencia, que por otro lado, la pueden leer en el momento que lo consideren más conveniente. La modalidad no presencial en ciertas áreas del conocimiento (humanidades por ejemplo) permite mayor flexibilidad del currículo y disponibilidad de tiempo para el aprendizaje.
Ciertos elementos del perfil profesional de los egresados de las IES no pueden dejar de enfatizarse. Una escala de valores éticos o morales, muy necesaria en Colombia, debe formar parte integral de los currícula de los programas académicos. Así mismo, una base de conocimiento científico permitirá la asimilación más eficiente del conocimiento específico de las profesiones. Es necesario además que los profesionales cuenten con conocimientos de matemáticas y análisis financiero, bolsa de valores, comercio internacional, evaluación de proyectos y logística.
Finalmente, no se entiende el por qué ciertos programas académicos deben ser diseñados para que duren 10 o más semestres. Tal vez es hora ya de introducir en Colombia y en el resto de nuestros países reformas como el Sistema de Bolonia BaMaDo (Bachelor, Master, Doctor) o de cursar créditos en los niveles más altos de educación media que sean válidos como parte de los planes de estudios de la educación superior.

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